me encontraste en la mitad de todos mis caminos
y avanzaste lentamente hasta inundar
todos los rincones de mi vida.
ahora,
soy la mujer que sigue
sigilosamente
tus pasos
la que aguarda a en cada esquina tu llegada,
la mujer incondicional
que nada pide a cambio
la que siempre te recibe
y te abre las piernas sin chistar.
soy la mujer,
tu mujer,
que guarda tus más gratos recuerdos;
la que nunca olvidará tu nombre
soy la mujer que conservará como un tesoro
todos tus orgasmos
tu desesperada forma de amarme.
soy la mujer,
tu mujer,
y te amaré
hasta entregarte toda mi piel.
María Emilia Cornejo (1949-1972)
-hablando de Emo-
Lo peor de todo es que ahora no me acuerdo cómo era sentirse así. Aunque aveces pueda recordarlo y se vaya cuando subo al bus y mi cabeza se apoya en el vidrio. Otra vez tengo mucho frio.
1 comentario:
Otras veces ese vidrio se empaña... y no hay nada más agrio de un reflejo acuoso.
Publicar un comentario