Lamento que el susurro de mi voz se haya hecho jirones
si no hay más remedio ire tras él
tras el viento implacable que dejaron tus alas
inutil ya es sentirme culpable
en el frío de tu partida
se que nadie cambiara la historia
los ojos que empiezan a soñar
dejan de lado toda razon
y vuelan de noche
no hay descanso
torcidas bestias malgastan su sed
su vida
sus últimas caricias en tratar de salir
escapan de ti
convertidas en polvo
y nadie calma mis gritos
la tormenta
se vuelve susurros que muerden mis labios
veo que todo es distinto a ti
tan distinto a tu abraso
veo una linda niña correr
tras un jardin en llamas
como diciembre envenenado
y voy tras él
lisiado y delirante
voy tras él
(...)
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